Los ingleses, tan dados a poner motes a las cosas, suelen emplear la expresión «one-hit wonder» para aquellos grupos musicales que alcanzan el éxito una vez y nada más. Son tantos los ejemplos que no merece la pena extenderse.
Si lo pensamos con frialdad, no sólo se han ganado el derecho a su minuto de gloria, sino que habrán acumulado una experiencia de la que la mayor parte de los mortales carece. Popularidad a raudales, cierto aporte económico, la posibilidad de cenar en un restaurante sin esperar a que una mesa quede libre… En fin, una triste suerte que, en numerosos casos, deja secuelas de por vida.
Una cruda muestra de lo mencionado se encuentra en un grupo británico de nombre When in Rome (Cuando [estuve] en Roma). Un trío que sacó un tema en 1987, publicado por 10 Records, que llamó verdaderamente la atención: The Promise. Virgin Records los fichó de inmediato, editando When in Rome un año después. The Promise era el primero de 10 temas y el único que realmente valía la pena escuchar. Eso sí, cien mil veces, porque es fantástico.
The Promise es una canción que dura más bien poco, 3:38 minutos, catalogable en eso que ahora llaman synth-pop. Los Ultravox de Midge Ure debieron tirarse de los pelos al oírla. Pinchad en la portada del disco y dejaros arrastrar por el toque de piano del comienzo, su percusión y su bajo enlatado en un videoclip de la época. Las voces de los desconocidos Clive Farrington y Andrew Mann os cautivarán.
No contentos con el éxito arrollador, compusieron las clásicas derivaciones del tema para un «maxi single» que se vendió como las mejores rosquillas del momento. Arriba podéis acceder a una magnífica versión de 6:02 minutos.
Que os aproveche. Pero, tened cuidado, es profundamente adictiva.
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