A petición de un puñado de inquietos lectores, se razona a continuación el título y su fidelidad a la novela (hablamos de la novela que todos tenemos en mente, por supuesto).

Susana de Susón era tenida por “la más fermosa fembra de Sevilla”. Esa expresión constituye la esencia del título. La novela, sin embargo, la traslada de Sevilla hasta la mismísima Roma, donde su hermosura competirá sin demérito con las más bellas cristianas de la época. La judía más hermosa aparece, por tanto, como una consecuencia natural de su devenir, bien captada por los responsables comerciales de mi editorial, que desde el principio apostaron por este título.

El acomodo entre la realidad descrita (pura ficción) y el título alcanza así el nivel de las mejores simbiosis.

O algo.