Sinopsis

¿Puede un hombre pautar su vida según las normas de conducta del buen jugador de ajedrez? ¿Puede un tablero de sesenta y cuatro escaques marcar el desarrollo de una novela? ¿Pueden tres mujeres de nombre Celia hacer feliz a un desengañado?

Para Adán Vernio, un ingeniero sin vocación, los sueños de pubertad se condensan en dos únicos propósitos: jugar una partida de ajedrez digna de figurar en los tratados y escribir una novela que sea leída. El día que su esposa —el agujero negro que se tragó sus ilusiones, en palabras de este verdadero Adán— decide abandonarlo, la fortuna se pega a nuestro protagonista como una lapa.

A Vernio alguien le sopló que lo increíble es antesala del suceso y lo previsible antesala del aburrimiento. Y desde entonces se afana, sin éxito, por contradecir esta máxima.

13libro


Fragmento del libro

Cuando vi la frase en la pantalla pensé que era una broma de algún simpático abonado de la red. Había oído que en ocasiones los terminales reproducen inesperadamente un párrafo de un discurso presidencial, o el resultado de un partido de baloncesto, o una compleja receta de cocina. Lo había oído. Pero no lo creí.

“Cuando salgas mañana, a las 8:05, como todos los días, mira al cielo y escupe. Si no lo haces, la opresión del lunes golpeará en tu estómago.”

Compré el aparato en junio, en el arranque de locura que sucede a una decisión gloriosa. Había dejado el trabajo, por fin, tras catorce largos años de frustraciones, úlceras de duodeno que me ardían en las entrañas y penosas jornadas laborales acuciado por la sinrazón de una pléyade de jefes incapaces que prometían oro y acababan dando purpurina. Un mes antes, cuando todavía era un voluntarioso hipócrita seducido por eso que algunos llaman la mentira piadosa, mi mujer apareció en el despacho una tarde de lluvia para contarme que había estudiado escrupulosamente la partición de nuestras propiedades, que no tenía más que asentir a no sé cuántas recomendaciones del mejor de los abogados y que adiós muy buenas. Apoyé la cabeza sobre la mesa del escritorio y lloré. Estuve llorando, como un niño, hasta el crepúsculo. La limpiadora me obligó a marcharme.

Paseé sin intención por los alrededores del antiguo museo de Arte Contemporáneo, víctima impotente del hastío, padeciendo las estúpidas aseveraciones que brotan de un cerebro noqueado. Ideas atadas por el bramante de la afrenta, cosas nimias que remiten a la mujer que llenó, con artera paciencia, cada uno de los agujeros y rincones del queso gruyer de tu insípida biografía: la mujer de toda una vida; una vida que se agota porque se rompió el frasco de la quinta esencia; la esencia de su perfume, con olor a bergamota; Bérgamo y la bota italiana que nunca puse a sus pies, marido desconsiderado, para mayor reproche; el reproche estéril que el perdedor trata de convertir en resignación, cuando sospecha que no hay resignación para el tetrapléjico mental; la mente perversa que urde una ruptura así, aconsejada por quién; el tópico y desolador con quién coño se habrá ido, después de tanto embuste. Aullé en medio de Princesa, rodando hacia la plaza de España con el astuto plan de morir de una pulmonía causada por sus vientos contrarios.

Bebí, para ser consumido por mi vulgar condición de mentecato sin remedio. Bebí durante varios días, el prolongado espacio muerto entre las dos orillas del Amazonas. Entre dos enajenaciones. Desperté vomitando en uno de esos cines especializados en películas porno, en una de las filas más indecorosas. Sentí asco, y resolví emprender un nuevo camino, más gratificante, donde mi decálogo se ciñese a un solo mandamiento, síntesis de probo egoísmo y sanos propósitos personales. Algo del estilo de te amarás a ti mismo como a Dios, y al prójimo que lo aspen. Mucho más que un mandamiento; una proclama, una declaración de independencia.

¿Qué ha dicho la prensa?

La prensa, benévola con el meritorio, se hizo eco del parto:

  • Ajedrez, literatura y vida se funden en este libro (Diario de Mallorca, 2/05/02).
  • García Calderón juega al ajedrez con tres damas en la sátira social “Lo que sé de ti” (Alerta de Cantabria, 2/05/02).
  • Poco amigo de ceñirse a un género concreto, el autor juega en su nuevo libro con el género de la intriga (Estrella Digital, 2/05/02).
  • Una novela que plantea con humor la cuestión del destino humano (El Correo de Bilbao, 05/06/02).
  • Andrés Trapiello presentó “Lo que sé de ti”, de Fernando García Calderón, una novela enormemente erótica (The-Ecotimes.com, 13/06/02).
  • Andrés Trapiello señaló que el mayor mérito de “Lo que sé de ti” es lo que García Calderón escribe entre líneas, expresando sus opiniones sobre el sexo y distintos aspectos de la vida, todo ello escrito con gran calidad literaria. La obra utiliza el ajedrez pero no cabe denominarla una novela de ajedrez, ya que éste puede ser eliminado sin que afecte al contenido del texto (Heraldo.es, 13/06/02).
  • El escritor Fernando García Calderón ha presentado su nueva novela, “Lo que sé de ti”, una sátira de la sociedad actual (La Razón, 16/06/02).


¿Qué ha dicho la crítica?

La crítica repartió más miel que acíbar:

Fue considerado por el diario La Razón mejor libro nacional de ficción del momento en la votación ofrecida por la revista Qué Leer (número especial de verano 2002).

«El relato introspectivo es un asombroso trayecto por el lenguaje, pues no en vano descubrimos en García Calderón gran preocupación estética por verbalizar lo inefable: la pasión y la incerti- dumbre eróticas. La síntesis lingüística, la firme elección de las palabras, el cuidado estilo del autor, nos transporta a verdaderos aciertos expresivos».
(Toni Montesinos. La Razón, 7/06/02)

«… De ahí que ese artificio consistente en abrir cada capítulo con una posición de jugada y que la resolución de ésta cumpla, punto a punto, con aquello que hace el protagonista en un Madrid que se nos antoja un enorme tablero imaginario, nos entusiasme porque está construido con esa destreza que está más allá del mero juego de la inteligencia. Aquí el autor parece haber tenido en cuenta el ejemplo de la estética cortazariana, donde la exactitud no está reñida con la verdad que se debe al corazón».
(Juan Ángel Juristo. ABC Cultural, 6/07/02)

«No vamos a explicar el argumento de esa poética novela que, con tanto acierto, compara el ajedrez con la literatura (…) Para valorarla adecuadamente, necesitaría un buen caudal de conocimientos técnicos sobre el juego de los que carezco. Pese a ello, permítanme recomendarla, de antemano, desde el punto de vista estrictamente literario».
(Josep Mercadé. Revista Peón de Rey, número de marzo de 2004)

ABC Cultural (6/07/02)

ABC Cultural (6/07/02)


Comentarios del autor

Informado por familiares y amigos, la reacción del escritor no se hizo esperar: “¿Qué decís que pone?”. En su línea, rápido de reflejos como él solo. Más calmado, explicó su asombro y manifestó:

«En un mercado literario cada vez más caótico y saturado de títulos, que críticos de prestigio hayan puesto sus ojos en esta novela, consumiendo su tiempo en la lectura y examen de las doscientas cincuenta páginas que contiene, es de agradecer».


Publicaciones

Ediciones Destino, 2002. ISBN 84-233-3406-6.
Colección Áncora y Delfín, volumen 948.