Todo Literatura se hace eco de Nadie muere en Zanzíbar y de las afinidades del autor en una amable entrevista.

«El escritor debe evitar acomodarse, debe evitar la tentación de caer en fórmulas manidas».

[∇]

Javier Velasco ahonda en las entrañas de la creación de esta novela en una conversación larga e interesante (para el autor).  Generoso siempre, escribe:

“Nadie muere en Zanzíbar” es una novela de aventuras personales y colectivas de un hombre que adoptó dos personalidades distintas de condición estrafalaria y altruista. Suyo fue el plan que revolucionó la historia de Zanzíbar. Una historia increíble que Fernando García Calderón sabe contar con precisión y elegancia. En la entrevista nos aclara muchas de las claves de éste insólito personaje que fue admirado por todos los sitios por donde pasó.

 

Por mi parte, sólo me resta completar lo expresado en la cabecera. Responde a la última de las preguntas.

  • ¿El escritor debe acometer empresas diferentes para no repetirse?
  • El escritor debe evitar acomodarse, debe esquivar la tentación de caer en fórmulas manidas basadas en la complacencia personal o en la de grupos determinados de lectores. Alguien que tiene la fortuna de encontrar eco para lo que escribe está obligado a ser leal a la literatura. Y eso significa dar lo mejor de uno mismo, ir tan lejos como le permitan sus capacidades. Puede lograrse con una saga o un conjunto de novelas hiladas alrededor de un mismo protagonista. También, asumiendo que la navegación por lo que desconoce puede ser fuente de descubrimiento, personal y colectivo. Los lectores siempre agradecen la sinceridad.

Siempre.