El 25 de julio de 1965, a decir de los viejos del lugar, Bob Dylan cometió un sacrilegio. Apareció en Freebody Park, durante el Festival Folk de Newport, con una guitarra eléctrica y una banda. Y, además, tocó y cantó.

 

Contornos (087) Bob Dylan 3

 

Dio comienzo con Maggie’s Farm, para proseguir con Like a Rolling Stone. Cerca de cien mil gargantas, atónitas, no tardaron en abuchearlo.

Robert Allen Zimmerman había publicado meses antes (el 22 de marzo) Bringing It All Back Home. El 30 de agosto vería la luz Highway 61 Revisited. Al año siguiente, el 16 de mayo, sería Blonde on Blonde.

 

Contornos (087) Bringing It All Back Home

Contornos (087) Highway 61 RevisitedContornos (087) Blonde on Blonde

 

 

 

 

 

 

Cuánto habría perdido la música contemporánea de haber hecho caso a aquellas voces discordantes, ancladas en un tono y un estilo. Dylan, como Miles Davis, inventó y se reinventó. No era un cantante de folk que aporreaba una acústica y mordía la armónica. Aceptaba las imitaciones de cualquiera, pero no admitía el liderazgo artístico, estético, de nadie. Era un creador.