Título__________La forma del agua [2017] The shape of water
Director________Guillermo del Toro
Protagonistas___Sally Hawkins, Doug Jones, Michael Shannon, Octavia Spencer y Richard Jenkins
Fotografía______Dan Laustsen
Música_________Alexandre Desplat
¿Qué escena cinematográfica es capaz de hacerle amar el cine con locura cada vez que la ve?
Eddie Felson jugando su última partida en ‘El buscavidas’, Shirley McLain corriendo hacia la casa de Lemmon en el final de ‘El apartamento’, el diálogo amoroso entre Sterling Hayden y Joan Crawford en ‘Johnny Guitar’, el encuentro entre Bogart borracho e Ingrid Bergman pidiéndole que ayude a escapar a su marido en ‘Casablanca’, el monólogo de Brando ante el cadáver de su mujer en ‘Último tango en París’, la conversación en el taxi de Brando con su hermano en ‘La ley del silencio’, el suicidio de Jacques Dutronc en ‘Lo importante es amar’, el reencuentro en el barco entre Henry Fonda y Bárbara Stanwyck en ‘Las tres noches de Eva’. Mañana le contaría otros tantos. Depende de mis estados de ánimo. Y no me diga: «¿Cómo puede haberse olvidado de aquello?». Soy así de disperso y mi prodigiosa memoria me empieza a traicionar.
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La respuesta anterior no es mía, sino del crítico Carlos Boyero en una charla con los lectores de El País fechada en 2008. El mismo que, a propósito de Lo importante es amar, dijo en 2007: «Es una de las películas de mi alma. La vi por primera vez cuando estaba prohibida en España. Tiene cosas histéricas y es excesiva en todo, pero su desesperación y su romanticismo son de verdad. Curiosamente no me gusta ninguna de las restantes películas de Zulawski. Es una película que me sigue haciendo llorar, que me revuelve siempre, que me araña en fibras muy íntimas. Y estoy tan enamorado de Romy Scheneider como Fabio Testi y Jacques Dutronc».
Por desgracia, las críticas de Boyero no siempre coinciden con mi modesto parecer. A él, con toda seguridad, le importa poco mi discrepancia y, a mí, la vida me ha enseñado que unas cuantas afinidades son suficientes para declarar amor eterno. Como me ha enseñado que la eternidad de los seres humanos suele ser más corta que el ocho tumbado que llamamos infinito en matemáticas.
Boyero afirma en su sección de El País que «con La forma del agua creo que [Guillermo del Toro] ha logrado su obra maestra, en la que todo funciona. Me fascinan sus imágenes, me preocupa el presente y el futuro de sus atribulados personajes, me creo algo tan irrazonable como el romance (abarrotado audazmente de sexo en un presunto cuento de hadas) entre el sufriente monstruo anfibio y la muda que jamás perdió la pureza, me da mucho miedo el villano, me empapo sin esfuerzo de esa atmósfera tan insólita, me transmite emoción, sentimiento y magia». Lo dice Boyero. ¿Quién soy yo para refutarlo?
Id a verla, la han estrenado hoy. Sólo por su fotografía y por sus escenarios merecería la pena pagar la entrada. Es fantástica, en muchos sentidos. Es sencilla, hermosa. Es cine. De verdad.
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