No es la frase elegida por la editorial para vender el libro. Es el comienzo, truncado —y me disculpo por ello— de la reseña que Ana dedica a la novela en quelibroleo.com.

[∇]

Conozco a Ana desde la publicación de Yo también fui Jack el Destripador. Lectora ejemplar, desarrolla su apoyo a la literatura de mil maneras. Algunas de ellas, todo sea dicho, casi anónimas. Inteligente, constante y amable, justifica las ansias de publicar de cualquier autor. Tengo el honor y la fortuna de contar con su aprecio. Y, puesto que ella firma con su precioso nombre y no aporta más pistas, no seré yo quien desvele su identidad.

Os dejo el texto que dedica a De lo visible y lo invisible. Anticipo que está lleno de cariño.

 

Fernando García Calderón nos sumerge en “De lo visible y lo invisible” en un viaje al siglo XVIII. Martín Tadeo de Salvatierra regresa a Salamanca tras un largo destierro en las Américas para intentar descubrir la veracidad de una profecía sobre su persona que Don Diego Torres Villarroel, su profesor y mentor, publicó en uno de sus almanaques. Al poco de su llegada, conoce a Amodeo, un misterioso personaje que parece conocerle y que le guiará en su búsqueda. A cambio, pide que le ayude en el estudio de un manuscrito secreto que lleva años aguardándole en casa de su antiguo mentor. Para ello viajarán a un Madrid que ha cambiado mucho en poco tiempo y en el que es necesario nadar y guardar la ropa, puesto que monarquía, nobleza y política representadas por los Borbones, los Alba, Aranda y Floridablanca, se enfrentan soterradamente, empeñados en impedir que los ideales de la revolución francesa calen en la sociedad española.

Narrada en dos tiempos, el autor nos cuenta la búsqueda de Martín y su particular diablo cojuelo, y la vida de Diego Torres Villarroel. Un personaje curioso e inteligente que destacó no solo por sus obras literarias, sus conocimientos sobre astronomía y matemáticas, sino por una innata capacidad para meterse en líos a causa de su díscolo carácter. Una novela histórica soberbia en la que se aprecia un ingente trabajo de documentación, pues a pesar de que tiene a Madrid como escenario principal hay partes de la trama que se desarrollan en lugares tan diversos como Salamanca, el Camino de Santiago o el sur de Francia. En sus casi seiscientas páginas, “De lo visible y lo invisible” nos sumerge en dos mundos distanciados en el tiempo y plagados de aventuras y enfrentamientos. El ritmo no decae en ningún momento; lo que no es nada fácil de conseguir teniendo en cuenta la alquímica mezcla de matemáticas, astrología, historia y política que acompaña a Martín y Amodeo.

En esta novela de aprendizaje encontraréis una gran cantidad de personajes reales y ficticios, aunque he de reconocer que mis favoritos son: Martín, por su humanidad; Amodeo, un personaje con tantas aristas que durante la lectura le amas o le odias página a página; Voltaire, el caballo de Martín, que tiene una personalidad muy revolucionaria; y los cameos de don Francisco de Quevedo y Villegas. Una novela maravillosa que os animo a leer con tiempo para disfrutar de cada pequeño detalle que jalona la historia. Descubriréis hitos históricos, leyendas, y también que, siglos después, España no ha cambiado tanto como suponemos.