Así lo expresa mi buen amigo Andrés González-Barba en sus comentarios a la entrevista realizada para ABC y que encabeza una sonora frase: «En Edward Hopper se halla la esencia de esa parte de mi literatura que no se remonta a épocas pasadas».
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El estilo, una marca de la casa
Una de las principales virtudes de Fernando García Calderón es su estilo elegante y cuidado. «Hemos de partir de la premisa de que el estilo está siempre al servicio del proyecto. El objetivo de partida ha de ser que el lector encuentre, a ser posible, entretenimiento, emoción y un par de asuntos en que pensar. Cada novela se construye atendiendo a un conjunto de aspectos que van desde la elección de los personajes hasta la forma narrativa, pasando necesariamente por el desarrollo acertado de su argumento. Cuando alguna de estas variables pierde el peso relativo que le corresponde, la obra se descompensa. El estilo es la seña de identidad del autor, imprime carácter a la obra. Nos acerca, por así decirlo, a eso que llamamos arte. Sin embargo, viene de largo la apreciación de que las formas narrativas neutras, de consumo rápido, tienen mejor venta. Del mismo modo que hay ingredientes argumentales que suelen funcionar en una serie de televisión, hay maneras de hacer en literatura que se centran en la liviandad, en la aparente ausencia de estilo, que proporcionan una lectura veloz, sin obstáculos. Todo es lícito si se es honrado con el lector y con la propia obra. Por desgracia, un porcentaje elevado de las novelas que ven la luz son un cúmulo de lugares comunes y guiños tramposos con los que atrapar a un buen número de lectores. Volviendo al tema anterior, se trata de escribir un tocho y que, además, se lea como quien bebe agua. Las editoriales marcan la altura del listón.
Si tenéis interés, basta con pulsar sobre el epígrafe destacado en rojo para acceder a la página de ABC que recoge la entrevista completa.
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