Asistir a una presentación organizada por o para José Luis Esparcia siempre es un impagable acontecimiento cultural. Junto a él se dan cita personajes maravillosos que representan nuestra historia más reciente, plena de lucha contra dictaduras, adocenamientos e indiferencias.

José Luis es fuerza viva de nuestra literatura y de muchas cosas más, siempre dispuesto a echar una mano —las dos— por una causa noble, ya sea ésta reivindicar la figura de un poeta o dar eco a la voz que soporta el injusto olvido.

Por eso, cuando es él el protagonista de un acto, los muchos agradecidos entre los que me encuentro acuden a pasar uno de esos ratos de camaradería auténtica, coronados por uno de sus vibrantes poemas o por una canción entrañable, abriendo la puerta del pasado para que corra el aire hasta convertirse en viento de la verdad.

El último de estos ratos ha sido esta tarde y su emoción permanece en los ojos y los labios de este escritor que presume de ser isla cuando agradece mudar, siquiera por unas horas, en península. He acabado rendido, y no precisamente por el cansancio o el calor de este Madrid de tiempo inestable.

 

Contornos (188) Diario de abril. Presentacion

Contornos (188) Diario de abril. Portada

 

Antonio Hernández puso el reconocimiento al poeta Esparcia; éste respondió desde la sensatez, para acabar derrochando la energía de quien habla y recita con el corazón; Pablo Guerrero sustituyó la garganta de antaño por una nueva, débil pero hermosa, sensible y digna.

 

Nacerán poemas nuevos, alondras
en los árboles donde crecen las ramas
de ejércitos armados por las rosas.
Un amigo en cada esquina y en cada
rostro la igualdad, es el camino ahora
que en la solidaridad brilla y anda,
pues no tiene edad el sol que la nombra

 

Diario de abril versa sobre los duros antecedentes, el resplandor pleno de triunfo representado por el número 25 y los inevitables consecuentes de la Revolución de los Claveles. Y lo hace en español y en portugués. José Luis Esparcia, ferroviario, escritor y amigo, se ha ganado con creces el tropel de elogios que recibe.