Desde la publicación de La judía más hermosa se han desatado los comentarios. En el foro, en el correo electrónico, en una entrevista, en una reunión de amigos, en el puesto de periódicos de la esquina… La mayoría hablaba, en fondo y forma, de best seller.
Según el DRAE: Best seller. 1. m. Libro o disco de gran éxito y mucha venta.
Al principio, zanjé la discusión con un par de argumentos poderosos. Uno: este autor, que no sabe de fórmulas magistrales ni de alquimias literarias, se limitó a escribir la clásica novela de aventuras de toda la vida, poniendo de sí mismo en el texto cuanto éste permitió. Los experimentos internos, que los tiene, no debían golpear en los ojos de los lectores. Dos: para ser best seller, un libro debe tener gran éxito y mucha venta. Ningún libro lo es por definición, aunque Follet, Grisham y alguno de los Reverte se empeñen en desmentir esta máxima.
Pues bien, el otro día uno de vosotros me informó de una noticia difundida por Europa Press y fechada el 22 de diciembre que decía lo siguiente: “Corsarios de Levante, del escritor Arturo Pérez-Reverte, continúa siendo la novela más comprada por los sevillanos por tercera semana consecutiva (…) Según informó la librería Beta a Europa Press (…) En esta línea, la séptima posición fue para el escritor Álvaro Pombo con La fortuna de Matilda Turpin, mientras que el octavo, noveno y décimo lugar lo ocuparon Manuel Pimentel con El librero de la Atlántida, Mario Vargas Llosa con Travesuras de la niña mala y Fernando García Calderón con La judía más hermosa”.
Según me cuentan, Beta es la más importante cadena de librerías de Sevilla. Permítaseme afirmar, con sana ironía, que “la mayoría” reseñada en el primer párrafo comienza a tener razón. Espero que eso no provoque una pérdida del respeto —literario— hacia el libro, su autor y el resto de la obra de éste —que soy yo, no nos engañemos, aunque parezca que hablo de otra persona—.
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