Zanzíbar, decidido está desde hace tres cortos veranos, será un escenario fundamental en una próxima novela.
Como no quiero resumir en unas breves líneas las impresiones que este archipiélago y sus gentes me producen, os pondré los dientes largos con algunas imágenes representativas de una de mis jornadas en Unguja, su isla principal.
Las magníficas fotografías pertenecen a José Luis Villarroya, buen amigo. Mis disculpas por la calidad de las reproducciones electrónicas.
La imagen de cabecera y el resto de maravillosos garabatos son de Cristina, una dibujante de pro.
Comentarios