Pocos regalos materiales pueden superar a un buen libro. Pocos instantes se igualan con ese momento de verdadera impresión que supone abrir uno por vez primera y dejar que el olor del papel y la tinta inunden nuestra pituitaria. De ahí que el blog de literatura Te deseo un libro tenga una resonancia especial, en el fondo y en su forma.
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Cris dirige y edita este blog que ofrece a los seguidores interesantes puntos de vista sobre un amplio espectro de libros. He tenido la fortuna de contar con su visión en dos de mis obras: Yo también fui Jack el Destripador y Nadie muere en Zanzíbar. Siempre generosa, Cris me ha tratado bien. Basta con ver la reseña publicada el martes, 13 de diciembre, para comprobarlo. Os dejo el enlace.
Ajeno a las supersticiones, me enfrasqué en la lectura de su texto y quedé atónito. Sé que no se puede planificar una novela de largo recorrido para gustar a todo el mundo. Tema, tono, personajes, historia y forma de expresión se aúnan en una creación de este género, y en ocasiones sólo alcanzas a tocar la fibra sensible de unas cuantas almas caritativas, afines a tu percepción, tu gusto y tu melancolía. Algo así ha sucedido, en esta oportunidad, con Cris.
- No cabe duda, tras leer por mi parte el segundo libro del autor, que su prosa es especial e inigualable hoy en día. Fernando es capaz de embelesarte escribiendo sobre cualquier tema. Y en esta ocasión considero que lo tenía más complicado porque se trata de hechos reales e históricos, algo que no a todo el mundo puede interesar o gustar. Pero él lo hace de tal manera que te mete en la historia y te hace disfrutar y querer saber más. Ha sido apasionante…
- No voy a negar que por el tema y la extensión del libro se me ha hecho algo complicada la lectura, sobre todo porque no encontraba mucho tiempo para leer. Pero sí puedo decir que mereció la pena. Es un gran trabajo el que ha hecho Fernando tras llegar los documentos a sus manos y eso hay que alabarlo y agradecérselo por haberlo compartido con el mundo en forma de libro.
- Me gustó mucho ver cómo [Santacruz] se iba enfrentando a todas las situaciones que le deparaba la vida y cómo acabó por tener una vida completamente diferente a la que imaginaba cuando era joven…
- La forma de narrar la historia es preciosa, algo que va pasando de boca en boca y a través de diarios, como toda buena historia que se precie. Además la manera de describir de Fernando te hace desplazarte de verdad a Zanzíbar y vivir la situación de la época…
- Un gran regalo para estas navidades si tenéis amigos y familiares que adoren la literatura histórica.
Lo dicho, boquiabierto y con una sonrisa beatífica. No conozco a Cris, pero ha de saber dónde tiene un amigo. Éste, que escribe como si cada obra fuese la última.
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