Que Rembrandt es uno de los más grandes maestros de la pintura no admite discusión. No seré yo el que contradiga la opinión general.
Mi admiración por Rembrandt viene de largo. De la época en que me interesaron unos cuantos artistas de los territorios que conocemos como Países Bajos. El Bosco, Patinir, Brueghel el Viejo, Durero, Vermeer o Van Gogh. En todos ellos encontré inspiración para escribir historias. Conocido es que, finalmente, sería Vermeer el que se alojaría en mi pequeño universo literario, echando raíces y ofreciendo ricos frutos.
Frente a las grandes obras de Rembrandt, grandes en tamaño, intensidad y técnica, existen unos trabajos sencillos, simples bosquejos, que muestran la auténtica dimensión de este pintor: los dibujos.
Y añado, con gusto, mis tres favoritos.
Aprovecho, tras esta celebración del arte en cinco o quinientos trazos, para sugerir que visitéis una página web dedicada al genio de Rembrandt.
http://www.rembrandtpainting.net
Cuenta con una pestaña, deliciosa, dedicada a sus dibujos y bocetos. En ella, además de setenta trabajos (algunos de ellos recogidos arriba), destaca un texto de Seymour Slive, muy ilustrativo de esta faceta del artista. Aquí se dice que, mientras de Vermeer no se conserva ningún dibujo, son mil cuatrocientos los catalogados con la autoría de Rembrandt.
Lo dicho: Rembrandt. De profesión, pintor. De vocación, dibujante.
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