Para quien no la conozca, Ayn Rand se llamaba en realidad Alisa Zinóvievna Rosenbaum y nació en San Petersburgo.

Para quien no haya oído hablar de ella, Ayn Rand murió en 1982 y aún hoy la vigencia de su pensamiento es incuestionable.

Para quien sea aficionado a las frases redondas y los apotegmas cincelados en piedra, Ayn Rand es su filósofa.

Creadora del objetivismo, su pensamiento es resumido en Wikipedia, de una manera simplista, con los dedos de una mano:

  •  La vida es el basamento de los derechos.
  • Cada individuo debe elegir, mediante el uso exclusivo de la razón, qué valores quiere para su vida y los medios para alcanzarlos.
  • El individuo tiene derecho a existir para sí mismo, sin sacrificarse por los demás ni sacrificando a los demás en su provecho.
  • Nadie tiene derecho a usar la fuerza contra otro ser humano, sea cual sea el fin que persiga.
  • La realidad existe de forma objetiva. Los hechos son los hechos independientemente de los sentimientos y percepciones del hombre.

No siempre estoy de acuerdo con ella, ni mucho menos. Ayn Rand razona y concluye que el capitalismo sin cortapisas es el mejor sistema, que el egoísmo es tan lógico como legítimo y que la fe (cualquier forma de fe) se convierte en lastre. Pero asumo que tenía una mente que trabajaba cada pensamiento hasta sus últimas consecuencias y que algunas de sus frases para la posteridad se han ganado el derecho a esa expresión de la gloria. Veámoslo en siete cuadros extraídos de internet.

 

Contornos (182) Ayn Rand. Sobre la libertad y el progreso

 

 

 

 

Contornos (182) Ayn Rand. Sobre la ambicion de poder

Contornos (182) Ayn Rand. Sobre el dinero

Contornos (182) Ayn Rand. Sobre la ignorancia de la realidad

 

 

 

 

 

Contornos (182) Ayn Rand. Sobre su ateismo

 

Contornos (182) Ayn Rand. Sobre la eleccion y la libertad

Contornos (182) Ayn Rand. Sobre los derechos de la minoria

 

Habréis observado que no mentía. Rand está de rabiosa actualidad. Cuando los nacionalismos —como expresión más perversa del populismo— juegan con las palabras sagradas del ideario del homo sapiens, siempre habrá alguien que, desde el uso de la razón, salga en defensa de los derechos del individuo como sujeto único e intransferible. Ahí se encontrará Ayn Rand, por muchos años que pasen y por mucho que se degrade nuestra inteligencia colectiva.