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It’s Immaterial

Podría datar el verdadero inicio de mi afición a la música en la primavera del sexto curso de bachillerato. El detonante fue un descendiente del pintor Gutiérrez Solana, cuyos discos me abrieron las orejas definitivamente.

Acabé la carrera universitaria en el verano de 1982. Para entonces, mi discoteca particular contenía un buen puñado de joyas entre las que destacaban vinilos de Dylan, Miles Davis, The Doors, Talking Heads, Genesis, Van der Graaf Generator, King Crimson o Pink Floyd. Mis recursos económicos eran tan escasos que ahorraba para su compra privándome del bocadillo matinal o empleando las piernas en lugar del autobús.

La década de los 80 fue fructífera. Se expandió el «tecno» como las hordas de Atila y solía frecuentar un local donde la cerveza iba acompañada de un sinfín de vídeos que empezaban a llamarse «clips», de modo que Durutti Column, Joy Division y Bauhaus eran asediados por Ultravox, Pet Shop Boys, Spandau Ballet, Depeche Mode, Yazoo y similares. Entre los españoles, Golpes Bajos y La Mode se llevaban la palma.

En aquel totum revolutum, pasé por alto unas cuantas bandas que han ido escapando del pozo de mi ignorancia con el lento transcurrir de los años. Una de ellas,  muy especial, llegó a mí hace apenas unos días: It’s immaterial. Escuché un tema, Driving Away From Home, e inmediatamente deseé tener a mi alcance toda la discografía estos desconocidos (al menos para este presuntuoso melómano).

Contornos (139) It's immaterial. Driving away from home

 

Resultó que el grupo se había formado en 1980, pero no alcanzaron cierta popularidad hasta que, en el 86, publicaron ese éxito y lanzaron su primer LP, titulado Life’s Hard And Then You Die. Algo así como «la vida es dura y después mueres». Y, para entonces, no eran más que un dúo, formado por el vocalista John Campbell y el guitarrista (y teclista) Jarvis Whitehead.

Hasta 1990 no aparecería el delicioso Song, un disco por el que deberían figurar en el olimpo de la música contemporánea. A modo de muestra representativa, basta con acercarse a YouTube y degustar New Brighton.

Y ahí se acaba la historia. Su tercer larga duración, tras ardua tarea llevada a cabo en 1992, quedará guardado en un cajón de la compañía discográfica. House for Sale, aseguran, verá la luz en breve.

En la literatura estas cosas suceden, quizá, con más asiduidad que en la música. Buenas, grandes obras duermen el sueño de los justos, a la espera de que un alma sensible las rescate. Me miro el ombligo y veo El vuelo de los halcones en la noche. ¿Por qué será que estos seres inmateriales, de tan brillantes canciones, me producen admiración y simpatía?

Black market, en un informe meteorológico único

A pesar de la gran cantidad de temas magníficos que dejaron para la posteridad los añorados Weather Report, si tuviera que decantarme por uno solo de ellos, no lo dudaría: Black Market.

Son tantas las maravillas que caben en estos 6 minutos y 28 segundos que es difícil sustraerse a su encanto. Desde el griterío acallado por el bajo del principio hasta el fin de fiesta entre rayos y truenos, todo es  prodigioso.

Black Market da título y abre el séptimo de los discos de Weather Report, dándose la circunstancia singular de que mi admirado Jaco Pastorius no toca en él. Participa en el álbum, asomándose al sonido del grupo por vez primera, pero no interviene en este tema bendecido con la gracia de los dioses del olimpo musical.

 

Contornos ( ) Weather Report. Black Market 1

 

Os dejo el enlace de YouTube en la portada del disco. Podéis disfrutar de la obra completa. Serán 37:21 minutos y 7 temas llenos de calidad y evocaciones musicales, en los que os resultará difícil destacar un instrumentista de los restantes. Weather Report tuvo a lo largo de su historia y sus numerosas grabaciones un buen puñado de formaciones, siempre lideradas por el permeable Zawinul. Al menos media docena de esos LPs son dignos de figurar en la gran discoteca universal y, lo que es mejor, en el cajón de los inclasificables. Hay en ellos jazz, hay rock, hay eso que llaman fusión, hay… belleza. Música, en suma. Pero es en este Black Market y en el siguiente, Heavy Weather, donde se alcanza la maestría.

El que nos ocupa hoy vio la luz en 1976, año de mi particular, y privada, revolución sexual. Sus autores —los del disco— merecen ser reconocidos.

 

Josef Zawinul Two ARP 2600 synthesizers, Rhodes electric piano, Yamaha grand piano, Oberheim polyphonic synthesizer
Wayne Shorter Selmer Soprano and tenor saxophones, Computone Lyricon
Alphonso Johnson Fender electric bass, Charles La Boe electric bass
Chester Thompson Ludwig drums
Alejandro Acuña LP congas and percussion
Jaco Pastorius Fender bass (tracks 2 and 6)
Narada Michael Walden Drums (tracks 1 and 2)
Don Alias Congas and percussion (tracks 1 and 6)

 

Algunos de esos nombres os sonarán de otros proyectos. Alphonso Johnson, por ejemplo, que ha colaborado con Santana. O Chester Thompson, que tocó con Zappa y con Genesis. O Wayne Shorter, que había participado en el mítico In a silent way de Miles Davis. Palabras mayores que reservo para otro día.

Arte: conocimiento y mercado

Ahora que comienza ARCOmadrid, la feria internacional de arte contemporáneo que se celebra desde hoy hasta el próximo día 28, viene a cuento hablar del conocimiento sobre pintura y otras actividades artísticas, y sobre esa entelequia, aparentemente al alcance de muy pocos, que es la compra de obras con verdadero valor.

Y, con este prolegómeno, entramos de lleno en Artsy. He aquí sus poderes.

 

Artsy se presentó al público en octubre de 2012. Lleva acumulada una cifra mareante de visitas y usuarios de todo el planeta.

Su misión es, según sus propias palabras, hacer accesible el mundo del arte a cualquiera que tenga una conexión de internet.

Artsy se proclama «recurso para la educación y el coleccionismo en arte».

Su principal innovación (según TalentyArt) se basa en ofrecer un servicio de compra de arte online a través de especialistas que atienden al cliente de forma personal y en mostrar una colección que comprende miles de obras de centenares de galerías y museos, que pueden exhibir todo el fondo disponible durante las veinticuatro horas del día.

 

¿Y a qué viene el interés en esta web que, entre otras cosas, vende pintura? No, no hay beneficio de ningún género en quien aquí escribe. Ni caeré en la trampa de orientar a nadie sobre tal artista o tal obra. Lo único que puedo decir es que su diseño es realmente impactante. Muy impactante. Nadie debería dejar de recorrerla, al menos una vez en la vida. Como nadie debería dejar de visitar Zanzíbar. O pasearse por el Museo del Prado. O escuchar a Miles Davis. O leer un relato de Óscar Esquivias o de Facundo Laboa.

Jamás había visto un Vermeer mirarme a los ojos. Vaya, ya se me ha escapado el nombre de uno de los pintores. Bueno, de perdidos al río. Os animo a comprar cualquier cuadro de este ciudadano de Delft que se ponga a tiro de vuestro bolsillo.

Una suerte de tristeza

Una suerte de tristeza. Una especie de tristeza. Un tipo de tristeza, singular, sin duda. A kind of blue.

Kind of Blue es un disco de Miles Davis que salió a la venta el 17 de agosto de 1959. La grabación había tenido lugar en el 30th Street Studio de la Columbia Records, en Nueva York. Apenas diez horas repartidas en dos días, el 2 de marzo y el 22 de abril.

Contornos (098) Kind of Blue

El grupo de músicos participantes en el acontecimiento no tiene desperdicio, marcando un hito en la historia del jazz.

Miles Davis
(trompeta)
John Coltrane
(saxo tenor)
Julian «Cannonball» Adderley
(saxo alto)
Bill Evans
(piano)
Paul Chambers
(contrabajo)
Jimmy Cobb
(batería)

El resultado no se hizo esperar. Ni entonces, cuando Dave Brubeck le ganó en ventas con su Time Out (contenía la archifamosa pieza Take Five), ni hoy en día. Desde el primer momento se vio que aquel vinilo que se editó en mono y en estéreo marcaría una época. Tras los años transcurridos, puede afirmarse que es el disco de jazz más vendido de la historia y uno de los más valorados.

Os dejo un enlace de YouTube que os permite escuchar sus 45 minutos de oro puro, pues la panacea del alquimista Davis transformó el vinilo en metal noble.

Contornos (098) Kind of Blue. Disco

Ashley Kahn no se privó de escribir un libro sobre aquellas dos sesiones prodigiosas: Miles Davis y ‘Kind of blue’ · La creación de una obra maestra.

Contornos (098) Kind of Blue. Libro

La grabación quedó inmortalizada en imágenes y existe un documental sobre ella. He aquí algunas fotografías:

Contornos (098) Kind of Blue. Grab 1

Contornos (098) Kind of Blue. Grab 2

Contornos (098) Kind of Blue. Grab 3

Contornos (098) Kind of Blue. Grab 4

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Kind of blue. Una suerte de tristeza me invade al recordar los días en que escribí el capítulo de mi próxima novela que se desarrolla en el Londres de 1959. Juan Ángel Santacruz de Colle, el protagonista, acaba de cumplir 59 años. Lleva veinte fuera de España. En un club nocturno escucha  Flamenco Sketches, el último de los cinco temas del disco. Una suerte de tristeza lo invade.

La invención de la electricidad, por Bob Dylan

El 25 de julio de 1965, a decir de los viejos del lugar, Bob Dylan cometió un sacrilegio. Apareció en Freebody Park, durante el Festival Folk de Newport, con una guitarra eléctrica y una banda. Y, además, tocó y cantó.

 

Contornos (087) Bob Dylan 3

 

Dio comienzo con Maggie’s Farm, para proseguir con Like a Rolling Stone. Cerca de cien mil gargantas, atónitas, no tardaron en abuchearlo.

Robert Allen Zimmerman había publicado meses antes (el 22 de marzo) Bringing It All Back Home. El 30 de agosto vería la luz Highway 61 Revisited. Al año siguiente, el 16 de mayo, sería Blonde on Blonde.

 

Contornos (087) Bringing It All Back Home

Contornos (087) Highway 61 RevisitedContornos (087) Blonde on Blonde

 

 

 

 

 

 

Cuánto habría perdido la música contemporánea de haber hecho caso a aquellas voces discordantes, ancladas en un tono y un estilo. Dylan, como Miles Davis, inventó y se reinventó. No era un cantante de folk que aporreaba una acústica y mordía la armónica. Aceptaba las imitaciones de cualquiera, pero no admitía el liderazgo artístico, estético, de nadie. Era un creador.

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